Dale que no.

No puedo. No, no puedo. En serio, no puedo. Porque no me dejan. Porque dicen que no es bueno. Qué se yo. Ni idea. No, no puedo. ¡No! Basta. Está mal. Porque sí, porque está mal. No. No insistas más. Si se enteran me matan. Te juro que me matan. No importa si quiero o no quiero. Igual no puedo. No lo voy a hacer. No, no, y no. No me animo. Me da miedo. ¿Y si se dan cuenta? ¿Vos decís que no nos vigilan? Yo creo que sí. No es de paranoico. ¿Te parece? ¿Vos no le vas a contar a nadie? ¿Seguro? Jurámelo. Bueno, dale, está bien. Un poco nada más. Pero rápido. Sí, dale, quiero. Dale. ¿Cómo que no? Pero si vos me dijiste. ¿Estás loco? Dale, no seas tonto. ¿Por qué no podés? Dale. ¿Por qué no? ¿Por qué? ¿Quién no te deja? Dale. ¡Dale! Ufa, dale. No pasa nada. No, en serio, no pasa nada. No, no está mal. Dale. Está bueno. Te lo estás perdiendo. Es lindo. Dale, probá. No se van a dar cuenta. Si tenés ganas. Dale. No se va a enterar nadie. No pasa nada. Vas a ver que no pasa nada. Dale. Animate. Te va a gustar.