28.9.10

Perder la práctica.

Perder la práctica de algo que uno hacía muy bien no es cosa fácil, se requieren años de desidia, de abandono pleno, de ver aquel naranjo como a un montón de ramas secas, desde una ventana, postrado en la desesperanza, babeando parado detrás de las retinas, impedido de reaccionar, derrapando por el nervio óptico hasta el jardín, no es verano, no es invierno, es una puesta, cables, luces, escenografía.

Pero sólo hace falta que llueva, que se mojen los cables y se pudra la tierra, para que el zombie sea una vez más malabarista y los conceptos retomen sus parábolas en el aire, atrayendo palabras gravitatorias, lunas, planetas y fotones que curven el manto del universo hasta convertirlo en un rollo que se puede llevar cómodamente en la cartera o el bolsillo para leerlo más tarde en el subte, el tren o el colectivo.

21.8.10

A mi las cosas no me suceden los domingos.

-Esto es lo más importante que hice en mi vida - me dijo El Pelado con las manos en los bolsillos, un poco emocionado y otro poco con frío. Y lo entendí. ¿Será también esto lo más importante que hice? Me gustaría creer que sí, que comparto ese sentimiendo, pero no soy de esos tipos. A mi las cosas no me suceden los domingos, yo le saco fotos a los domingos. La pacha viaja por la luz mientras en el pueblo toman mate los viejos y en estos días ando agazapado en el tiempo buscando lo más importante que voy a hacer en mi vida.