Siento 29.

Es un sentimiento y los sentimientos no se pueden parar, por eso son sentimientos, siguen, y siguen, y siguen, están ahí aunque quiera ignorarlos, aunque no sean tangibles, algo real, están ahí, no se van, y pican, y corren, y salen, y vuelven, son una entidad, un organismo viviente, algo imparable, infrenable, algo que cuenta con inercia propia, con fuerza de gravedad personal, es celular, es biológico, es mecánico, es brutal, corroe, suena como un despertador en la mañana, como una sirena, como señal de peligro, como chicharra, vibra, zumba como bolsa de insectos en el recto, aprieta, presiona, comprime, revienta, exprime, y chorrea, empapa todo lo que toca, embebe, hunde, se ahoga en pileta infinita y en vaso de agua, naufraga en el vértigo insaciable de un embudo sin tiempo, rebota y surge, nace, eyacula en la cara de la madre de los miedos, ensucia, corrompe la virtud del deseo, enferma, invade, pudre la carne del feto, nace casi muerto, sobrevive y se multiplica, crece, aprende, entiende, sufre, se convierte en rey y vuelve al seno, al comienzo y el fin del sentimiento.