En una merienda perfecta las galletitas resisten, pese a haber sido sumergidas en té dulce y tibio, toda la tiranía de la gravedad y llegan a la boca en un último esfuerzo que se desploma justo a tiempo.
10.1.08
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2 comentarios:
mmm.... qué rico, pero no cualquier galletita, ese es el secreto.
en el momento preciso, para acompañarlo de una conversacion divertida con un buen amigo.
Un abrazo
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