La mañana entra por la persiana apenas abierta matando la ilusión de que todo era un mal sueño. Los pájaros cantan igual, pero las ramitas ya no son de viento y los besos dejaron de ser de mariposa. En cambio la realidad de las limitaciones propias es ácido en el pecho y la paredes son tan concretas como todas las paredes. La magia queda atrás a pasos agigantados y con el último abrazo a lo ya perdido me doy cuenta una vez más de que siempre termino en este lugar que tanto temo.
22.10.07
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2 comentarios:
boludo escribime!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Muy lindo texto, me encanta tu escritura, voy a seguir nutriendome de tus paginas...
Saludos y Gracias! (por compartir)
Natalia.
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