El reloj que salta en el tiempo estuvo siempre en manos de mi familia. Simplemente avanza de las diez a las doce, sin dejar rastros. Yo nunca lo usé, está en una caja negra en el ropero, guardado. La que le daba cuerda siempre era mi mamá, y se quedaba a pasar el rato.
24.10.07
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